dilluns, 30 de maig del 2011

Según el nuevo Diccionario Biográfico Español, el militar golpista y dictador fascista, Franco, fue un general valeroso y católico

Francisco Franco Retrato de Francisco Franco. (ARCHIVO)
 La sorpresa es mayúscula, pues no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron el jueves el rey de España, Juan Carlos y la ministra “socialista” Ángeles González-Sinde. La Academia aprovecha las biografías para cambiar la historia de España
Kaosenlared – Insurgente | Para Kaos en la Red | 30 de mayo de 2011 a las 10:00  
La sorpresa es mayúscula cuando uno se percata de que no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron el jueves el rey Juan Carlos y la ministra Ángeles González-Sinde, una monumental colección de 50 tomos editada por la Real Academia de la Historia, que le ha costado al erario público 6,4 millones de euros.
La ultraderecha viene pisando fuerte
SEGÚN EL NUEVO ‘DICCIONARIO BIOGRÁFICO ESPAÑOL’ FRANCO ERA: 
.
“Autoritario, no totalitario” La obra, que ha costado 6,4 millones al erario público, no hace una sola referencia a la represión franquista. El diccionario también afirma que Aznar perdió las elecciones porque el PSOE se aprovechó del desastre del ‘Prestige’
Cualquiera que abra un libro y lea que Franco fue un general valeroso y católico, que participó en un golpe de Estado contra un Gobierno caótico con el único fin de restaurar la monarquía democrática, probablemente pensará que se trata de una de aquellas historias de la cruzada española que el régimen utilizó como propaganda. La sorpresa es mayúscula cuando uno se percata de que no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron este mismo jueves el rey Juan Carlos y la ministra Ángeles González-Sinde, una monumental colección de 50 tomos editada por la Real Academia de la Historia, que le ha costado al erario público 6,4 millones de euros.
La entrada del diccionario correspondiente a Francisco Franco Bahamonde, que ocupa cinco páginas del volumen número 20, tan sólo dedica un párrafo a hablar de la Guerra Civil e incluye afirmaciones tan polémicas como esta: “Montó un régimen autoritario, pero no totalitario”. Va más lejos todavía que la definición que da la RAE de franquismo, al que califica como movimiento “de tendencia totalitaria”, lo que sigue levantando quejas.
Asimismo, no se hace una sola mención a la represión franquista durante y después del conflicto, documentada por historiadores de la talla de Julián Casanova o Paul Preston. Precisamente, este último ha publicado recientemente su libro El holocausto español, donde da la cifra aproximada de 150.000 víctimas inocentes a manos de los sublevados. En 2008, el recuento del juez Baltasar Garzón sobre la represión en zona nacional reunió 143.353 nombres.
El Gobierno mira a otro lado El Ministerio de Cultura aclaró ayer a este periódico que su aparición en la presentación no tiene nada que ver con la Real Academia de la Historia. González-Sinde simplemente estaba allí como ministra de acompañamiento de los reyes, debido a que Ángel Gabilondo, ministro de Educación, tenía otro acto. Desde Cultura se subraya que esta obra no es responsabilidad de su gabinete porque no tiene que ver ni con la subvención, ni con la supervisión del diccionario. Por su parte, el Ministerio responsable, el de Educación, se limitó a confirmar que su relación con las academias es únicamente administrativa y que estas “son instituciones independientes” de su dirección.
Por tal motivo, aseguraron, Educación no debe conocer lo que se hace con la inversión en el proyecto.
“Somos deudores del presidente Aznar” Los primeros 25 tomos del diccionario, que sólo llegan hasta la letra ‘h’, ya están a la venta a través de la página web de la Real Academia de la Historia (www.rah.es). El presidente de la institución, Gonzalo Anes, resaltó este jueves que fueron sus buenas relaciones con José María Aznar las que impulsaron el proyecto, llegando a señalar que “somos deudores del presidente Aznar”. “En 1998 le invité a visitar la Academia y le expuse la necesidad de hacer el diccionario. Siendo ministra de Cultura Esperanza Aguirre, en 1999, el Ministerio aprobó cien millones de pesetas anuales [600.000 euros] durante ocho años para hacerlo”, afirmó Anes. El mismo jueves, tras dar a conocer algunos datos sobre la obra, llamó la atención que importantes historiadores del siglo XX español como Paul Preston, Josep Fontana, Julián Casanova o Ángel Viñas no hubiesen participado en ella.
La entrada de José María Aznar, escrita por el académico de la Historia Manuel Jesús González González, dedica varios párrafos a los “logros” de la política económica de la era Aznar, pero resume en solo una línea lo ocurrido tras el 11-M: “En un clima social traumático, tras el atentado terrorista del 11-M, el Partido Popular pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004″. El texto ignora las manifestaciones de cientos de miles de personas durante esos días y el intento de manipulación por parte de Aznar de la autoría de los atentados.
Diccionario partidistaLos deslices y deformaciones son graves: indica que “el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero Prestige” fue uno de los motivos por los que el Partido Popular perdió las elecciones en 2004.
Además, el texto comete importantes lagunas al recordar la tregua de ETA de 1998, declarada durante la primera legislatura de Aznar: “El Gobierno mantuvo las más estrictas reservas sobre la sinceridad de la misma, llegando a calificarla, en palabras de Mayor Oreja, como una tregua trampa”. Sin embargo, no se dice nada del acercamiento de presos que siguió a la declaración del alto el fuego (Aznar trasladó a 135 reclusos etarras a cárceles próximas al País Vasco), ni del guiño que el expresidente hizo a los terroristas en una rueda de prensa, denominándolos “Movimiento de Liberación Vasco” tan sólo dos meses después de que declararan la tregua.
Franco, riguroso y eficaz El autor de la reseña del caudillo es Luis Suárez Fernández, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que en su día tuvo un acceso privilegiado a los archivos familiares del dictador. El perfil que dibuja es el de un gobernante católico, inteligente y moderado.
De la pluma de Suárez nacen descripciones sobre la vida del caudillo como “pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo [de batalla] desplegaba” o “acciones en Xauen y Melilla incrementaron su fama de jefe riguroso y eficaz”. Asimismo, lo presenta como un jefe de Estado igualitario: “Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos, gigantesco monumento funerario en que esperaba se albergasen cenizas de los muertos en uno y otro bando”.
También lo valora como un estratega militar de altura que dio consejos al presidente de EEUU: “Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas”.
El Diccionario Biográfico Español se terminará el próximo año con los 25 tomos restantes, hasta completar más de 40.000 personajes del ámbito español.
La Academia aprovecha las biografías para cambiar la historia de España Francisco Franco. No fue un dictador, sino un valeroso militar
“Al agravarse la situación en Marruecos, en 1912, Franco, con otros oficiales, fue enviado allí. Entró en fuego el 19 de marzo de este año mandando una unidad de regulares. Pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba (…). Herido en el Biutz, 28 de junio de 1919, en el parte de guerra se le describe como “incomparable valor, dotes de mando y energía desplegada en el combate” El ‘Diccionario Biográfico’ trata desde la hagiografía a Franco, a quien en ningún momento se define como dictador.
“Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha, quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania”. El tono panegírico con el que se trata el golpe de Estado olvida el rigor y se entrega a la leyenda.
“Restaurando la bandera bicolor, anunció desde el primer momento su propósito de que las reformas por él emprendidas desembocasen en la Monarquía, pero sin partidos políticos ni sistema liberal, declarándola, sin embargo, confesionalmente católica”. Para el historiador Luis Suárez, encargado de la entrada de Franco, una Monarquía sin partidos políticos ni sistema liberal no es una dictadura.
José María Aznar
Encargó el diccionario y lavaron su nombre
“Se impulsó definitivamente la integración atlántica, sin descuidar su aportación a lo que entiende Aznar como la auténtica Europa unida en valores y estrategia con Estados Unidos. En este contexto es cuando España trata de conseguir y consigue dejar de ser un país de segunda en el concierto internacional. Y en esta estrategia se inscribe la decisión presidencial de apoyar la actuación norteamericana en Irak, lo cual junto a la huelga general contra la reforma laboral, y el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero ‘Prestige’, desgastan ante la opinión pública el segundo Gobierno Aznar”. Así lo señala el tomo número sexto del diccionario, en la entrada dedicada a José María Aznar.
“Cuando, el 16 de diciembre de 1998, la organización terrorista ETA declaró una tregua indefinida, tras un somero tanteo, en la reunión de Zúrich, celebrada entre representantes de ETA y emisarios del Gobierno, para contrastar la voluntad terrorista de abandonar las armas, el Gobierno mantuvo las más estrictas reservas sobre la sinceridad de la misma, llegando a calificarla, en palabras de Mayor Oreja, como una ‘tregua trampa’”. No menciona que Aznar decidió acercar presos de ETA al País Vasco.
“En un clima social traumático, tras el atentado terrorista del 11-M, el Partido Popular pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004″. Ensalza la política económica de Aznar, reduce a un párrafo su implicación en la Guerra de Irak y deslegitima el resultado de las elecciones generales de 2004.
Fuente: Público
Los historiadores se alarman ante la hagiografía de Franco
Público
Varios expertos califican de “insulto” y “vergüenza” que la ideología franquista manche una obra de la Real Academia de la Historia que ha costado 6,4 millones de euros al erario públicoHasta ahora se conocía a Manuel Vázquez Montalbán como un novelista sobresaliente y comprometido, pero no se tenían noticias de su su condición de visionario. En 1992, el autor catalán prologó un libro de Juana Doña donde decía lo siguiente: “Por la banalización de la dictadura, aparecerá un diccionario en el que se podrá leer la voz Franco. Franco Bahamonde (El Ferrol 1892-Madrid, 1975). Militar y estadista español. Tuvo un comportamiento heroico durante la guerra de África y dirigió el alzamiento nacional contra una República que había defraudado a los republicanos. Tras la victoria franquista de 1939, gobernó con dureza y, bajo su reinado, se produjo un cambio cualitativo de la sociedad española que la llevó a incorporarse a la modernidad”.
Dos décadas después, la profecía de Vázquez Montalbán se ha cumplido con la publicación del  Diccionario Biográfico Español, una monumental obra de la Real Academia de la Historia (RAH) que,  como adelantó  Público  este fin de semana, incluye una  hagiografía de Franco y  desvirtúa los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil. La empresa no es gratuita: ha costado 6,4 millones de euros financiados por fondos públicos del Ministerio de Educación, que encabeza Ángel Gabilondo.
La entrada del caudillo la escribe Luis Suárez (Gijón, 1925), un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que tuvo acceso privilegiado a los archivos del dictador. “Suárez pertenece a la línea  historiográfica antigua, totalmente acorde con el franquismo”, apunta Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza. “Es la visión canónica del franquismo sobre Franco”, añade Francisco Espinosa, de la Universidad de Sevilla. “Me parece un despropósito que esto se haga ahora, aunque se fraguara en la época en la que Aznar era presidente del Gobierno. Es una obra inútil, un canto a la visión de la Historia de España de la derecha”, aclara.Varios historiadores han dado la voz de alarma ante esta relectura preconstitucional del siglo XX español, que ensalza la valentía del caudillo y oculta la represión de su régimen,  al que pone el adjetivo de “autoritario, pero no totalitario”. “Es una vergüenza y un insulto declara a  Público  Andreu Mayayo, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, una ofensa total en lo que pone y en lo que no pone. En ningún momento se habla de la autarquía, que hizo recular a este país 20 años atrás en la Historia, ni de la represión física del régimen, porque Franco fue un carnicero con la Legión. Por no hablar de otorgarle la calidad de genio militar, lo que es un insulto para los militares profesionales de este país, o de pasar por alto el genocidio cultural contra Catalunya, suprimiendo la Generalitat y prohibiendo el catalán”.
La mano del PPTanto Aznar como Aguirre reciben loas explícitas en sus respectivas entradas del diccionario, escritas por Manuel Jesús González, que fue secretario de Universidades durante el gobierno de los populares. En el caso del expresidente, la biografía dice que mantuvo reservas ante la tregua de ETA en 1998 (ocultando que acercó a 135 presos) y achaca la derrota de 2004 al”aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero  Prestige“.Fue José María Aznar, en el año 1998, quién impulsó el diccionario tras una visita a la Academia dirigida por Gonzalo Anes, que el pasado jueves presentó la obra junto a los reyes y la ministra Ángeles González-Sinde. Sin embargo, hay quien retrasa su origen un poco más, en concreto a 1996, cuando el Partido Popular gana las elecciones y Esperanza Aguirre es nombrada ministra de Educación y Cultura. Según Andreu Mayayo,  “cuando Aguirre llega al poder, dice que se está manipulando la Historia  y anima a la Real Academia a poner orden. La voz de mando la da ella. De ahí surge la idea de este diccionario y la de realizar una investigación sobre los libros de Historia que se estudiaban en las escuelas, porque la Real Academia decía que tergiversaban la Historia”. Mayayo participó en un estudio de la Fundación Bofill que, en el año 2000, concluyó que no había tal tergiversación en los libros de texto.
El panegírico sobre Franco incluye datos que los historiadores se han apresurado a desmentir. En el texto, Suárez relata que la “Ley de Principios del Movimiento” dibujó “el nuevo orden constitucional: 12 axiomas entre los que figuraban la confesionalidad católica y la unidad indisoluble de España, que serían base inalterable para la nueva Constitución”. “¿Pero qué Constitución?”, exclama Mirta Núñez, profesora de Historia de la Comunicación en la Complutense,  “no hubo ninguna Constitución. Eso es un error, claramente. Hay que desvestir el afán que tuvo el Franquismo desde 1936 de tener una juricidad de la que carecía en absoluto”.
Los datos deslizan
Javier Chinchón, profesor de Derecho de la Complutense, también denuncia “que se presente la Ley Orgánica del Estado de 1967 como una Constitución’, un texto, como es sabido, cuya finalidad literal era culminar la institucionalización del Estado nacional’ con el Jefe del Estado como personificación de la soberanía nacional”.
El diccionario dibuja a Franco como un valeroso militar que, tras “una guerra larga de casi tres años”, derrotó “a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores”. Para Fernando Hernández, historiador de la Universidad Autónoma de Madrid, “eso es incierto. Los sublevados contaron con apoyos financieros y el respaldo de Hitler. Son sus aviones los que permiten a Franco llegar a la Península”.
“Esto debería tener consecuencias, empezando por la retirada del diccionario”, exige Ricard Vinyes. Mayayo va más allá: “La responsabilidad es de la RAH y luego del Gobierno, que mantiene a estas momias. Pido que tengan la vergüenza de disolverse”.Los historiadores consultados por  Público  lamentan el carácter poco científico de estos textos. “La Real Academia es un cementerio de elefantes que no sigue nadie. No tiene nada que ver con la RAE [Real Academia de la Lengua], que está viva, con gente sólida. La RAH no tiene ningún tipo de autoridad”, denuncia Ricard Vinyes, historiador de la Universidad de Barcelona. “La Real Academia sigue pensando que la Historia es una cosa de reyes y batallas”, remacha Julián Casanova.
El historiador Julián Casanova rebate la entrada sobre Franco
“Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha quedaron unificadas en un movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores”
La idea es negar el carácter fascista del régimen de Franco y separar al franquismo del totalitarismo, cuyas dos únicas manifestaciones serían el fascismo y el comunismo. Pero, como hemos demostrado algunos historiadores con nuestras investigaciones, La sorpresa es mayúscula, pues no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron el jueves el rey de España, Juan Carlos y la ministra “socialista” Ángeles González-Sinde. La Academia aprovecha las biografías para cambiar la historia de España
Kaosenlared – Insurgente | Para Kaos en la Red | 30 de mayo de 2011 a las 10:00  
La sorpresa es mayúscula cuando uno se percata de que no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron el jueves el rey Juan Carlos y la ministra Ángeles González-Sinde, una monumental colección de 50 tomos editada por la Real Academia de la Historia, que le ha costado al erario público 6,4 millones de euros.
La ultraderecha viene pisando fuerte
SEGÚN EL NUEVO ‘DICCIONARIO BIOGRÁFICO ESPAÑOL’ FRANCO ERA:
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“Autoritario, no totalitario” La obra, que ha costado 6,4 millones al erario público, no hace una sola referencia a la represión franquista. El diccionario también afirma que Aznar perdió las elecciones porque el PSOE se aprovechó del desastre del ‘Prestige’
Cualquiera que abra un libro y lea que Franco fue un general valeroso y católico, que participó en un golpe de Estado contra un Gobierno caótico con el único fin de restaurar la monarquía democrática, probablemente pensará que se trata de una de aquellas historias de la cruzada española que el régimen utilizó como propaganda. La sorpresa es mayúscula cuando uno se percata de que no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron este mismo jueves el rey Juan Carlos y la ministra Ángeles González-Sinde, una monumental colección de 50 tomos editada por la Real Academia de la Historia, que le ha costado al erario público 6,4 millones de euros.
La entrada del diccionario correspondiente a Francisco Franco Bahamonde, que ocupa cinco páginas del volumen número 20, tan sólo dedica un párrafo a hablar de la Guerra Civil e incluye afirmaciones tan polémicas como esta: “Montó un régimen autoritario, pero no totalitario”. Va más lejos todavía que la definición que da la RAE de franquismo, al que califica como movimiento “de tendencia totalitaria”, lo que sigue levantando quejas.
Asimismo, no se hace una sola mención a la represión franquista durante y después del conflicto, documentada por historiadores de la talla de Julián Casanova o Paul Preston. Precisamente, este último ha publicado recientemente su libro El holocausto español, donde da la cifra aproximada de 150.000 víctimas inocentes a manos de los sublevados. En 2008, el recuento del juez Baltasar Garzón sobre la represión en zona nacional reunió 143.353 nombres.
El Gobierno mira a otro lado El Ministerio de Cultura aclaró ayer a este periódico que su aparición en la presentación no tiene nada que ver con la Real Academia de la Historia. González-Sinde simplemente estaba allí como ministra de acompañamiento de los reyes, debido a que Ángel Gabilondo, ministro de Educación, tenía otro acto. Desde Cultura se subraya que esta obra no es responsabilidad de su gabinete porque no tiene que ver ni con la subvención, ni con la supervisión del diccionario. Por su parte, el Ministerio responsable, el de Educación, se limitó a confirmar que su relación con las academias es únicamente administrativa y que estas “son instituciones independientes” de su dirección.
Por tal motivo, aseguraron, Educación no debe conocer lo que se hace con la inversión en el proyecto.
“Somos deudores del presidente Aznar” Los primeros 25 tomos del diccionario, que sólo llegan hasta la letra ‘h’, ya están a la venta a través de la página web de la Real Academia de la Historia (www.rah.es). El presidente de la institución, Gonzalo Anes, resaltó este jueves que fueron sus buenas relaciones con José María Aznar las que impulsaron el proyecto, llegando a señalar que “somos deudores del presidente Aznar”. “En 1998 le invité a visitar la Academia y le expuse la necesidad de hacer el diccionario. Siendo ministra de Cultura Esperanza Aguirre, en 1999, el Ministerio aprobó cien millones de pesetas anuales [600.000 euros] durante ocho años para hacerlo”, afirmó Anes. El mismo jueves, tras dar a conocer algunos datos sobre la obra, llamó la atención que importantes historiadores del siglo XX español como Paul Preston, Josep Fontana, Julián Casanova o Ángel Viñas no hubiesen participado en ella.
La entrada de José María Aznar, escrita por el académico de la Historia Manuel Jesús González González, dedica varios párrafos a los “logros” de la política económica de la era Aznar, pero resume en solo una línea lo ocurrido tras el 11-M: “En un clima social traumático, tras el atentado terrorista del 11-M, el Partido Popular pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004″. El texto ignora las manifestaciones de cientos de miles de personas durante esos días y el intento de manipulación por parte de Aznar de la autoría de los atentados.
Diccionario partidistaLos deslices y deformaciones son graves: indica que “el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero Prestige” fue uno de los motivos por los que el Partido Popular perdió las elecciones en 2004.
Además, el texto comete importantes lagunas al recordar la tregua de ETA de 1998, declarada durante la primera legislatura de Aznar: “El Gobierno mantuvo las más estrictas reservas sobre la sinceridad de la misma, llegando a calificarla, en palabras de Mayor Oreja, como una tregua trampa”. Sin embargo, no se dice nada del acercamiento de presos que siguió a la declaración del alto el fuego (Aznar trasladó a 135 reclusos etarras a cárceles próximas al País Vasco), ni del guiño que el expresidente hizo a los terroristas en una rueda de prensa, denominándolos “Movimiento de Liberación Vasco” tan sólo dos meses después de que declararan la tregua.
Franco, riguroso y eficaz El autor de la reseña del caudillo es Luis Suárez Fernández, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que en su día tuvo un acceso privilegiado a los archivos familiares del dictador. El perfil que dibuja es el de un gobernante católico, inteligente y moderado.
De la pluma de Suárez nacen descripciones sobre la vida del caudillo como “pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo [de batalla] desplegaba” o “acciones en Xauen y Melilla incrementaron su fama de jefe riguroso y eficaz”. Asimismo, lo presenta como un jefe de Estado igualitario: “Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos, gigantesco monumento funerario en que esperaba se albergasen cenizas de los muertos en uno y otro bando”.
También lo valora como un estratega militar de altura que dio consejos al presidente de EEUU: “Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas”.
El Diccionario Biográfico Español se terminará el próximo año con los 25 tomos restantes, hasta completar más de 40.000 personajes del ámbito español.
La Academia aprovecha las biografías para cambiar la historia de España Francisco Franco. No fue un dictador, sino un valeroso militar
“Al agravarse la situación en Marruecos, en 1912, Franco, con otros oficiales, fue enviado allí. Entró en fuego el 19 de marzo de este año mandando una unidad de regulares. Pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba (…). Herido en el Biutz, 28 de junio de 1919, en el parte de guerra se le describe como “incomparable valor, dotes de mando y energía desplegada en el combate” El ‘Diccionario Biográfico’ trata desde la hagiografía a Franco, a quien en ningún momento se define como dictador.
“Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha, quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania”. El tono panegírico con el que se trata el golpe de Estado olvida el rigor y se entrega a la leyenda.
“Restaurando la bandera bicolor, anunció desde el primer momento su propósito de que las reformas por él emprendidas desembocasen en la Monarquía, pero sin partidos políticos ni sistema liberal, declarándola, sin embargo, confesionalmente católica”. Para el historiador Luis Suárez, encargado de la entrada de Franco, una Monarquía sin partidos políticos ni sistema liberal no es una dictadura.
José María Aznar
Encargó el diccionario y lavaron su nombre
“Se impulsó definitivamente la integración atlántica, sin descuidar su aportación a lo que entiende Aznar como la auténtica Europa unida en valores y estrategia con Estados Unidos. En este contexto es cuando España trata de conseguir y consigue dejar de ser un país de segunda en el concierto internacional. Y en esta estrategia se inscribe la decisión presidencial de apoyar la actuación norteamericana en Irak, lo cual junto a la huelga general contra la reforma laboral, y el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero ‘Prestige’, desgastan ante la opinión pública el segundo Gobierno Aznar”. Así lo señala el tomo número sexto del diccionario, en la entrada dedicada a José María Aznar.
“Cuando, el 16 de diciembre de 1998, la organización terrorista ETA declaró una tregua indefinida, tras un somero tanteo, en la reunión de Zúrich, celebrada entre representantes de ETA y emisarios del Gobierno, para contrastar la voluntad terrorista de abandonar las armas, el Gobierno mantuvo las más estrictas reservas sobre la sinceridad de la misma, llegando a calificarla, en palabras de Mayor Oreja, como una ‘tregua trampa’”. No menciona que Aznar decidió acercar presos de ETA al País Vasco.
“En un clima social traumático, tras el atentado terrorista del 11-M, el Partido Popular pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004″. Ensalza la política económica de Aznar, reduce a un párrafo su implicación en la Guerra de Irak y deslegitima el resultado de las elecciones generales de 2004.
Fuente: Público
Los historiadores se alarman ante la hagiografía de Franco
Público
Varios expertos califican de “insulto” y “vergüenza” que la ideología franquista manche una obra de la Real Academia de la Historia que ha costado 6,4 millones de euros al erario públicoHasta ahora se conocía a Manuel Vázquez Montalbán como un novelista sobresaliente y comprometido, pero no se tenían noticias de su su condición de visionario. En 1992, el autor catalán prologó un libro de Juana Doña donde decía lo siguiente: “Por la banalización de la dictadura, aparecerá un diccionario en el que se podrá leer la voz Franco. Franco Bahamonde (El Ferrol 1892-Madrid, 1975). Militar y estadista español. Tuvo un comportamiento heroico durante la guerra de África y dirigió el alzamiento nacional contra una República que había defraudado a los republicanos. Tras la victoria franquista de 1939, gobernó con dureza y, bajo su reinado, se produjo un cambio cualitativo de la sociedad española que la llevó a incorporarse a la modernidad”.
Dos décadas después, la profecía de Vázquez Montalbán se ha cumplido con la publicación del  Diccionario Biográfico Español, una monumental obra de la Real Academia de la Historia (RAH) que,  como adelantó  Público  este fin de semana, incluye una  hagiografía de Franco y  desvirtúa los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil. La empresa no es gratuita: ha costado 6,4 millones de euros financiados por fondos públicos del Ministerio de Educación, que encabeza Ángel Gabilondo.
La entrada del caudillo la escribe Luis Suárez (Gijón, 1925), un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que tuvo acceso privilegiado a los archivos del dictador. “Suárez pertenece a la línea  historiográfica antigua, totalmente acorde con el franquismo”, apunta Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza. “Es la visión canónica del franquismo sobre Franco”, añade Francisco Espinosa, de la Universidad de Sevilla. “Me parece un despropósito que esto se haga ahora, aunque se fraguara en la época en la que Aznar era presidente del Gobierno. Es una obra inútil, un canto a la visión de la Historia de España de la derecha”, aclara.Varios historiadores han dado la voz de alarma ante esta relectura preconstitucional del siglo XX español, que ensalza la valentía del caudillo y oculta la represión de su régimen,  al que pone el adjetivo de “autoritario, pero no totalitario”. “Es una vergüenza y un insulto declara a  Público  Andreu Mayayo, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, una ofensa total en lo que pone y en lo que no pone. En ningún momento se habla de la autarquía, que hizo recular a este país 20 años atrás en la Historia, ni de la represión física del régimen, porque Franco fue un carnicero con la Legión. Por no hablar de otorgarle la calidad de genio militar, lo que es un insulto para los militares profesionales de este país, o de pasar por alto el genocidio cultural contra Catalunya, suprimiendo la Generalitat y prohibiendo el catalán”.
La mano del PPTanto Aznar como Aguirre reciben loas explícitas en sus respectivas entradas del diccionario, escritas por Manuel Jesús González, que fue secretario de Universidades durante el gobierno de los populares. En el caso del expresidente, la biografía dice que mantuvo reservas ante la tregua de ETA en 1998 (ocultando que acercó a 135 presos) y achaca la derrota de 2004 al”aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero  Prestige“.Fue José María Aznar, en el año 1998, quién impulsó el diccionario tras una visita a la Academia dirigida por Gonzalo Anes, que el pasado jueves presentó la obra junto a los reyes y la ministra Ángeles González-Sinde. Sin embargo, hay quien retrasa su origen un poco más, en concreto a 1996, cuando el Partido Popular gana las elecciones y Esperanza Aguirre es nombrada ministra de Educación y Cultura. Según Andreu Mayayo,  “cuando Aguirre llega al poder, dice que se está manipulando la Historia  y anima a la Real Academia a poner orden. La voz de mando la da ella. De ahí surge la idea de este diccionario y la de realizar una investigación sobre los libros de Historia que se estudiaban en las escuelas, porque la Real Academia decía que tergiversaban la Historia”. Mayayo participó en un estudio de la Fundación Bofill que, en el año 2000, concluyó que no había tal tergiversación en los libros de texto.
El panegírico sobre Franco incluye datos que los historiadores se han apresurado a desmentir. En el texto, Suárez relata que la “Ley de Principios del Movimiento” dibujó “el nuevo orden constitucional: 12 axiomas entre los que figuraban la confesionalidad católica y la unidad indisoluble de España, que serían base inalterable para la nueva Constitución”. “¿Pero qué Constitución?”, exclama Mirta Núñez, profesora de Historia de la Comunicación en la Complutense,  “no hubo ninguna Constitución. Eso es un error, claramente. Hay que desvestir el afán que tuvo el Franquismo desde 1936 de tener una juricidad de la que carecía en absoluto”.
Los datos deslizan
Javier Chinchón, profesor de Derecho de la Complutense, también denuncia “que se presente la Ley Orgánica del Estado de 1967 como una Constitución’, un texto, como es sabido, cuya finalidad literal era culminar la institucionalización del Estado nacional’ con el Jefe del Estado como personificación de la soberanía nacional”.
El diccionario dibuja a Franco como un valeroso militar que, tras “una guerra larga de casi tres años”, derrotó “a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores”. Para Fernando Hernández, historiador de la Universidad Autónoma de Madrid, “eso es incierto. Los sublevados contaron con apoyos financieros y el respaldo de Hitler. Son sus aviones los que permiten a Franco llegar a la Península”.
“Esto debería tener consecuencias, empezando por la retirada del diccionario”, exige Ricard Vinyes. Mayayo va más allá: “La responsabilidad es de la RAH y luego del Gobierno, que mantiene a estas momias. Pido que tengan la vergüenza de disolverse”.Los historiadores consultados por  Público  lamentan el carácter poco científico de estos textos. “La Real Academia es un cementerio de elefantes que no sigue nadie. No tiene nada que ver con la RAE [Real Academia de la Lengua], que está viva, con gente sólida. La RAH no tiene ningún tipo de autoridad”, denuncia Ricard Vinyes, historiador de la Universidad de Barcelona. “La Real Academia sigue pensando que la Historia es una cosa de reyes y batallas”, remacha Julián Casanova.
El historiador Julián Casanova rebate la entrada sobre Franco
“Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha quedaron unificadas en un movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores”
La idea es negar el carácter fascista del régimen de Franco y separar al franquismo del totalitarismo, cuyas dos únicas manifestaciones serían el fascismo y el comunismo. Pero, como hemos demostrado algunos historiadores con nuestras investigaciones, al fascismo y al franquismo no se les puede identificar sólo por su apariencia o por su retórica pública, olvidando sus orígenes, su evolución y su consecuencias. Distorsionar la historia fue uno de los objetivos primordiales de la maquinaria propagandística del franquismo y es lo que se hace en esa voz sobre el dictador escrita por Luis Suárez, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco.
“Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos. Un año antes había promulgado la Ley de Principios del Movimiento, que dibujaba el nuevo orden constitucional: 12 axiomas entre los que figuraban la confesionalidad católica y la unidad indisoluble de España, serían base inalterable para la nueva Constitución”
Una Constitución democrática sale de un parlamento elegido por sufragio universal masculino y femenino. La dictadura nunca tuvo Constitución. Decir eso es una broma de mal gusto.
“Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la Guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas”
Suena también a chiste, pero seguro que hay un documento en la Fundación Francisco Franco que lo prueba. La experta Mirta Núñez desmonta mitos sobre la República y la guerra”El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 proporcionó al largocaballerismo la ocasión de llevar a cabo la prometida liquidación, por vía revolucionaria, de la República”
Es el golpe militar el que provoca el desmoronamiento de la autoridad del Estado. Un desmoronamiento provisional, porque la República logra recuperar la autoridad con el Gobierno de Largo Caballero en septiembre de 1936.
“Un pronunciamiento militar fallido desemboca en una guerra civil”
Fue un golpe militar. El Ejército, buena parte del Ejército, cometió el mayor de los delitos, la sedición.
IU critica la subvención de la obraIzquierda Unida, a través de su responsable internacional y miembro de la dirección del partido, Willy Meyer, pidió ayer una rectificación al Gobierno por la subvención estatal de un diccionario que “exalta” la figura del dictador Francisco Franco y “mancha el buen nombre” de Juan Negrín.
Según hizo público la propia Academia de la Historia el pasado jueves, el diccionario costó 6,4 millones de euros, aportados por los fondos públicos desde que se iniciara el trabajo de esta obra en 1998. “Es intolerable, puesto que es una obra escrita sobre la base del golpismo”, afirmó el dirigente.
Precisamente, como desveló ayer este diario, en la entrada de Manuel Azaña el historiador Carlos Seco Serrano escribe: “Su situación se agravó durante el Gobierno, prácticamente dictatorial, del socialista Negrín”. Sobre Franco, el historiador Luis Suárez señala que “es autoritario, no totalitario”. Para Meyer, el Gobierno debe de poner en marcha una “rectificación inmediata” por “respeto a todas las personas que han caído defendiendo la libertad y por respeto a la Constitución”.
Franco, ese (no tan mal) hombre
Fuente: El País 
El tratamiento de la Real Academia de la Historia al dictador, tildado de “autoritario pero no totalitario”, suscita la reacción encendida de prestigiosos historiadores.Negrín estuvo al frente de un gobierno “prácticamente dictatorial”, mientras que Franco no fue un dictador. Algunas definiciones incluidas en el flamante  Diccionario Biográfico Español  coordinado por la Real Academia de la Historia -y difundidas ayer por el diario Público- tienen más opinión que rigor y ya han provocado un aluvión de airadas reacciones.
Prestigiosos historiadores extrañamente ausentes de la titánica obra de 50 volúmenes, como Paul Preston, Santos Juliá, Ángel Viñas o Julián Casanova, creen que los biógrafos de algunos personajes del siglo XX dan una visión sesgada de acontecimientos que siguen supurando en la memoria de la sociedad española pero sobre los que hay consenso científico. Franco, que ocupa cinco páginas de la obra, siempre es citado como “Generalísimo o Jefe de Estado”. Se destaca su valor militar y se omite su perfil represor en una obra que ha recibido 6,4 millones de euros de subvenciones del Gobierno desde 1999.
“La visión de Franco expuesta por Luis Suárez es tan oficialmente franquista que me sorprende, me habría esperado algo más objetivo hoy en día”, comentó ayer desde Londres a este diario Paul Preston, autor de un celebrado ensayo sobre el dictador. Preston, que pertenece a la London School of Economics, lleva toda su vida buceando en la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura. Su último libro,  El holocausto español(Debate), disecciona con detalle los aspectos de la represión.
“A mí no me extraña que no me inviten porque soy extranjero pero Stanley G. Payne es más extranjero que yo”, ironiza Preston. Payne, que en los últimos años se ha escorado hacia las tesis de seudohistoriadores bien amables con el franquismo y su legado, como Pío Moa o César Vidal, firma la reseña de La Pasionaria. “Las cosas que yo hago no son del agrado de la Academia, pero independientemente de eso podrían haberle encargado la reseña a otros historiadores, como Enrique Moradiellos, por ejemplo”, plantea Preston. “No me parece objetiva la de Suárez, habría buscado a alguien más crítico”, añade. En la entrada de Franco  se puede leer: “Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado”. Luis Suárez, el autor, es un experto en Historia Medieval que tuvo acceso a los fondos de la Fundación Francisco Franco casi en exclusiva hasta que fueron digitalizados con subvención pública.
Con Santos Juliá, otro respetado historiador, ocurrió algo distinto. Un día le llamaron de la Real Academia de la Historia. Le invitaban a realizar una reseña para el proyecto, el gran quién es quién de la historia española desde el siglo III antes de Cristo hasta la actualidad. ¿Una biografía de Azaña, Prieto o algún otro de los personajes de la Segunda República sobre los que más ha indagado? No. Ayer, Juliá comentaba: “No recuerdo el nombre, pero no era nadie sobre quien hubiera investigado. Era un personaje muy secundario que no tenía interés para mí. Tuve la impresión de que era como la calderilla de la obra que nadie había querido hacer”. Juliá está considerado el principal biógrafo de Azaña, pero la RAH prefirió que la entrada del presidente de la Segunda República la redactase el historiador Carlos Seco Serrano y desestimó la opción de Juliá. “Si Payne hace La Pasionaria, Seco escribe de Azaña y Luis Suárez de Franco, el sesgo de todo esto está muy claro”, indicó el autor de  Vida y tiempo de Manuel Azaña  (Taurus).
El historiador Ángel Viñas, que tampoco participa en el proyecto, fue más contundente: “Lo de menos es estar o no estar. Eso me da igual, lo que no me da igual son las distorsiones. Ningún historiador puede decir del pasado lo que le salga de las narices”.Viñas, que acaba de publicar  La conspiración del general Franco  (Crítica), acusa directamente a Suárez de ser capaz de “tergiversar, manipular o mentir”. El historiador recuerda que en el  Diccionario Biográfico de Oxford, con el que se compara la Real Academia de la Historia española, está escrito “por reputados historiadores, ya sean de derechas, de centro o de izquierdas, porque claro que tienen ideología. El que dice que no la tiene es un mendrugo”.
Perlas sobre Franco
- “Francisco Franco pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba”.
- “Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania”.
- “Montó un régimen autoritario pero no totalitario”.
Fuente: kaosenlared.net al fascismo y al franquismo no se les puede identificar sólo por su apariencia o por su retórica pública, olvidando sus orígenes, su evolución y su consecuencias. Distorsionar la historia fue uno de los objetivos primordiales de la maquinaria propagandística del franquismo y es lo que se hace en esa voz sobre el dictador escrita por Luis Suárez, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco.
“Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos. Un año antes había promulgado la Ley de Principios del Movimiento, que dibujaba el nuevo orden constitucional: 12 axiomas entre los que figuraban la confesionalidad católica y la unidad indisoluble de España, serían base inalterable para la nueva Constitución”
Una Constitución democrática sale de un parlamento elegido por sufragio universal masculino y femenino. La dictadura nunca tuvo Constitución. Decir eso es una broma de mal gusto.
“Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la Guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas”
Suena también a chiste, pero seguro que hay un documento en la Fundación Francisco Franco que lo prueba. La experta Mirta Núñez desmonta mitos sobre la República y la guerra”El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 proporcionó al largocaballerismo la ocasión de llevar a cabo la prometida liquidación, por vía revolucionaria, de la República”
Es el golpe militar el que provoca el desmoronamiento de la autoridad del Estado. Un desmoronamiento provisional, porque la República logra recuperar la autoridad con el Gobierno de Largo Caballero en septiembre de 1936.
“Un pronunciamiento militar fallido desemboca en una guerra civil”
Fue un golpe militar. El Ejército, buena parte del Ejército, cometió el mayor de los delitos, la sedición.
IU critica la subvención de la obraIzquierda Unida, a través de su responsable internacional y miembro de la dirección del partido, Willy Meyer, pidió ayer una rectificación al Gobierno por la subvención estatal de un diccionario que “exalta” la figura del dictador Francisco Franco y “mancha el buen nombre” de Juan Negrín.
Según hizo público la propia Academia de la Historia el pasado jueves, el diccionario costó 6,4 millones de euros, aportados por los fondos públicos desde que se iniciara el trabajo de esta obra en 1998. “Es intolerable, puesto que es una obra escrita sobre la base del golpismo”, afirmó el dirigente.
Precisamente, como desveló ayer este diario, en la entrada de Manuel Azaña el historiador Carlos Seco Serrano escribe: “Su situación se agravó durante el Gobierno, prácticamente dictatorial, del socialista Negrín”. Sobre Franco, el historiador Luis Suárez señala que “es autoritario, no totalitario”. Para Meyer, el Gobierno debe de poner en marcha una “rectificación inmediata” por “respeto a todas las personas que han caído defendiendo la libertad y por respeto a la Constitución”.
Franco, ese (no tan mal) hombre
Fuente: El País 
El tratamiento de la Real Academia de la Historia al dictador, tildado de “autoritario pero no totalitario”, suscita la reacción encendida de prestigiosos historiadores.Negrín estuvo al frente de un gobierno “prácticamente dictatorial”, mientras que Franco no fue un dictador. Algunas definiciones incluidas en el flamante  Diccionario Biográfico Español  coordinado por la Real Academia de la Historia -y difundidas ayer por el diario Público- tienen más opinión que rigor y ya han provocado un aluvión de airadas reacciones.
Prestigiosos historiadores extrañamente ausentes de la titánica obra de 50 volúmenes, como Paul Preston, Santos Juliá, Ángel Viñas o Julián Casanova, creen que los biógrafos de algunos personajes del siglo XX dan una visión sesgada de acontecimientos que siguen supurando en la memoria de la sociedad española pero sobre los que hay consenso científico. Franco, que ocupa cinco páginas de la obra, siempre es citado como “Generalísimo o Jefe de Estado”. Se destaca su valor militar y se omite su perfil represor en una obra que ha recibido 6,4 millones de euros de subvenciones del Gobierno desde 1999.
“La visión de Franco expuesta por Luis Suárez es tan oficialmente franquista que me sorprende, me habría esperado algo más objetivo hoy en día”, comentó ayer desde Londres a este diario Paul Preston, autor de un celebrado ensayo sobre el dictador. Preston, que pertenece a la London School of Economics, lleva toda su vida buceando en la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura. Su último libro,  El holocausto español(Debate), disecciona con detalle los aspectos de la represión.
“A mí no me extraña que no me inviten porque soy extranjero pero Stanley G. Payne es más extranjero que yo”, ironiza Preston. Payne, que en los últimos años se ha escorado hacia las tesis de seudohistoriadores bien amables con el franquismo y su legado, como Pío Moa o César Vidal, firma la reseña de La Pasionaria. “Las cosas que yo hago no son del agrado de la Academia, pero independientemente de eso podrían haberle encargado la reseña a otros historiadores, como Enrique Moradiellos, por ejemplo”, plantea Preston. “No me parece objetiva la de Suárez, habría buscado a alguien más crítico”, añade. En la entrada de Franco  se puede leer: “Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado”. Luis Suárez, el autor, es un experto en Historia Medieval que tuvo acceso a los fondos de la Fundación Francisco Franco casi en exclusiva hasta que fueron digitalizados con subvención pública.
Con Santos Juliá, otro respetado historiador, ocurrió algo distinto. Un día le llamaron de la Real Academia de la Historia. Le invitaban a realizar una reseña para el proyecto, el gran quién es quién de la historia española desde el siglo III antes de Cristo hasta la actualidad. ¿Una biografía de Azaña, Prieto o algún otro de los personajes de la Segunda República sobre los que más ha indagado? No. Ayer, Juliá comentaba: “No recuerdo el nombre, pero no era nadie sobre quien hubiera investigado. Era un personaje muy secundario que no tenía interés para mí. Tuve la impresión de que era como la calderilla de la obra que nadie había querido hacer”. Juliá está considerado el principal biógrafo de Azaña, pero la RAH prefirió que la entrada del presidente de la Segunda República la redactase el historiador Carlos Seco Serrano y desestimó la opción de Juliá. “Si Payne hace La Pasionaria, Seco escribe de Azaña y Luis Suárez de Franco, el sesgo de todo esto está muy claro”, indicó el autor de  Vida y tiempo de Manuel Azaña  (Taurus).
El historiador Ángel Viñas, que tampoco participa en el proyecto, fue más contundente: “Lo de menos es estar o no estar. Eso me da igual, lo que no me da igual son las distorsiones. Ningún historiador puede decir del pasado lo que le salga de las narices”.Viñas, que acaba de publicar  La conspiración del general Franco  (Crítica), acusa directamente a Suárez de ser capaz de “tergiversar, manipular o mentir”. El historiador recuerda que en el  Diccionario Biográfico de Oxford, con el que se compara la Real Academia de la Historia española, está escrito “por reputados historiadores, ya sean de derechas, de centro o de izquierdas, porque claro que tienen ideología. El que dice que no la tiene es un mendrugo”.
Perlas sobre Franco
- “Francisco Franco pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba”.
- “Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania”.
- “Montó un régimen autoritario pero no totalitario”.

Fuente: kaosenlared.net

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