Ignasi Fiz, Clara Rivas, Mariano Palacios ||
Miembros del Front Cívic Som Majoria de les Comarques de Tarragona ||
El día 8 de marzo los diarios nos despertaban con la noticia del
preacuerdo de la UE con Turquía (1) para enviar a este país a todo
refugiado que llegue ilegalmente a las costas griegas, incluso a los
sirios. Además, la UE se comprometía a traer desde Turquía a un número
de refugiados equivalente al de expulsiones. A cambio Turquía recibirá
(3.000 millones de euros) dinero para atender a los cerca de 2,5
millones de sirios que lleguen a sus fronteras, el desbloqueo de la
adhesión a la UE, y acelerar la desaparición de los visados necesarios
para desplazarse por los países de la Unión Europea (2).
Evidentemente los líderes políticos de la UE se han hecho la foto de
rigor con gestos de alivio y alegría, despachando frases lapidarias como
la de Ángela Merkel, inicialmente instigadora del efecto llamada a
Alemania: “Lo que hemos hecho es volver al principio: que el asilo se
pide en el punto de llegada y que el refugiado no elige dónde ir”.
Sin lugar a dudas esto no es más que un nuevo mercadeo “legal” de
personas, el cual olvida la tragedia de todos y cada uno de los actores
de este drama que se está desarrollando ante las puertas de Europa. Y
estos mismos líderes políticos, inhibidos moralmente de la tragedia,
olvidan que representan a naciones que sufrieron los estragos de la
guerra, la miseria y la tiranía apenas setenta años atrás en el tiempo. Y
también olvidan que representan a países que firmaron Convenios y
Declaraciones que hacen aún más patente el carácter miserable del
pre-acuerdo firmado.
En primer lugar, no es necesario ser un jurista para apreciar como la
Declaración de Derechos Humanos (3), aprobada en 1948 por la Asamblea
General de Naciones Unidas, es vulnerada por este pre-acuerdo. La
lectura del primer artículo de la Declaración tendría que ser una
bofetada al espíritu de este preacuerdo infame ya que dice: Todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros. No hace falta remover
demasiado a través de la red para encontrar pruebas en las que se
demuestra el carácter “fraternal” en el trato a los refugiados por parte
de las autoridades europeas. El trato que están recibiendo los
refugiados es infame, vejatorio e inhumano, y además infringe nuevamente
otro artículo de la Declaración, esta vez el quinto: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Incluso las palabras de Ángela Merkel diciendo que “el refugiado no
elige donde ir” van en contra de tres artículos de la Declaración, los
cuales precisamente defienden la libre circulación de cualquier ser
humano, y a no ser que los refugiados no sean humanos, también de ellos:
13.1 Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
13.2 Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
14.1 En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
Pero la cuestión cobra mayor gravedad cuando leemos la Convención
sobre el Estatuto de los Refugiados (4), firmada entre otros y bajo su
inspiración por los países de la Unión Europea, tras la grave crisis de
refugiados producida durante y tras la Segunda Guerra Mundial. Por tanto
mayor aún el dolor que nos causa si son los países que componen la
Unión Europea, a la cual pertenecemos, quienes incumplen con este
preacuerdo dicha Convención en su artículo 33, donde se hace referencia
expresa a la expulsión del refugiado:
- Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas.
Pero, además, hay un elemento aún más ignominioso de este preacuerdo y
es la referencia a las personas que sufrirán expulsión como “migradas”
negándoles con ello su derecho de asilo y por tanto las protecciones
correspondientes a un refugiado huido de situaciones de conflicto.
Y, finalmente, para nuestra mayor vergüenza la UE incumple el
artículo 18 de su propia Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea (5), en vigor desde 2009, donde declara que “Se garantiza el
derecho de asilo dentro del respeto de las normas de la Convención de
Ginebra de 28 de julio de 1951 y del Protocolo de 31 de enero de 1967
sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con la
Constitución”.
Ante esta continuada vejación de convenios, declaraciones y cartas
queremos recordar a los dirigentes de dichas naciones que han firmado
dicho preacuerdo que existen Tribunales Internacionales, entre ellos el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que están destinados a juzgar a
quienes incumplen los Derechos Humanos.
Es decir, en primer lugar los seres humanos que están ante las
puertas de Europa son refugiados y no “migrados” y en segundo lugar
ningún refugiado puede ser expulsado.
Por tanto como miembros del Front Cívic Som Majoria defensores de la
aplicación de los Derechos Humanos, nos preguntamos en qué sociedad
estamos viviendo y si es esta la Europa que la mayoría de la ciudadanía
quiere. CON NOSOTROS NO, no en nuestro nombre.
- http://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2016/03/07-eu-turkey-meeting-statement/?utm_source=dsms-auto&utm_medium=email&utm_campaign=Declaraci%C3%B3n+de+los+jefes+de+Estado+o+de+Gobierno+de+la+UE
- http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/07/actualidad/1457352301_920991.html
- http://www.un.org/es/documents/udhr/
- http://www.acnur.org/t3/fileadmin/scripts/doc.php?file=t3/fileadmin/Documentos/BDL/2001/0005
- http://www.europarl.europa.eu/charter/pdf/text_es.pdf
Fuente: cronicapopular.es
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